El mapa de Albi, de origen merovingio, está datado en el siglo VIII. También es un mapa orientado, con el Este en la parte superior, pero representa el mundo como una franja de tierra de ancho casi uniforme que abraza al mar Mediterráneo. Este mapa muestra esquemáticamente las fronteras de las provincias romanas y algunas de las ciudades que fueron importantes en la antigüedad clásica dándoles el nombre por el que eran conocidas en el período tardo-romano.
Pero, el modelo habitual que se repite casi invariablemente en los más de seiscientos mapamundi medievales que se conservan es el mapamundi circular conocido como "T en O", también llamado discario o "Orbis Terrarum". Su origen es el esquema isidoriano. En ellos una tierra plana y redonda cruzada por dos cursos de agua en forma de T se inscriben en un océano anillo que es la O. Este anagrama -TO- contiene también las iniciales de "Orbis Terrarum" -El círculo de la tierra-, que es el nombre que recibió el mapamundi de Marcus Vipasnanius Agrippa en el siglo I y una de las denominaciones más habituales de los mapamundi circulares desde entonces.
Las características más recurrentes de este tipo de mapas son:
La ''O'' representa la Tierra plana y redonda.
La ''T'' delimíta la tierra tripartita
representando como cursos de agua.
Las tres partes representan a cada continente
Europa, Asia y África parte también de esta visión.
El armazón conceptual de carácter simbólico y religioso.
Otras de las características que se presentan en este diseño de mapas de la Edad Media es la incorporación en muchos de ellos de una "terra incógnita" situada en el extremo sur del mundo, en parte derecha del mapa. Con frecuencia se dibujan en ella criaturas fantásticas, elementos fabulosos para resaltar lo desconocido: animales monstruosos, razas humanas legendarias, elementos iconográficos míticos y profanos, etc. El escaso interés cartográfico. Han desaparecido de ellos los paralelos y meridianos con los que la cartografía clásica establecía las coordenadas; no presentan sentido de la proporción ni interés por los itinerarios o las rutas de navegación. La tierra aparece distorsionada y apelotonada para ajustarla a la concepción TO de la misma y el peso específico de los mares en el conjunto de la ecumene es apenas relevante.